Parece mentira que ya te hayas marchado, que hayas tomado rumbo para estar a la verita del Padre y a la de tu Virgen de la Soledad, si estas cerquita de mi abuelo, salúdalo, y pregúntale si se siente orgulloso de mi, y pídele por favor que juntos nos protejáis desde el cielo. ¿Sabes? ahora siento melancolía por tu ida pero también alegría porque recuerdo las cosas que me decías y que me hacía reír cuando me preparaba para salir en la cabalgata o cuando hemos tenido alguna reunión familiar, ¿te acuerdas cuando el abuelo se fue?, me dijiste Ángela dedícale el primer puñado de caramelos al abuelo y tíralo lo más alto posible. Ya soy mayor para una cabalgata y no lo podré tirar para ti pero te prometo desde aquí, que si hago mi estación de penitencia este año rezaré todo el camino por ti. Y solo una cosa más, solo te diré un hasta luego y no un hasta siempre porque sé que más tarde o más temprano volveremos a encontrarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario